La mujer estaba desvalida en el suelo, su cuerpo no era capaz de aguantar todos los golpes que recibía de su marido, ya eran casi diarios. Ella ya no soportaba más la situación y sus amigas también la apoyaban, así que se armo de valor y fue a declarar. Su marido no era idiota y se dio cuenta de que algo pasaba porque le notaba una leve sonrisa en la cara, le amenazó con pegarle hasta que le reventara el cuerpo, pero ella por fin había visto la luz y no contestó. Ese mismo día cuando llegó a su casa de trabajar se encontró allí a la policía interrogando a su mujer y en cuanto lo vieron se levantaron y le apuntaron con varias pistolas. Él fue a la cárcel mientras que ella pudo disfrutar de una nueva vida con su nuevo novio.
Por Gonzalo C(yo)
jueves, 20 de noviembre de 2008
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